La adicción es como una necesidad intensa y constante de algo, ya sea una sustancia, una actividad o una persona. Es una dependencia que te quita el control y te hace sufrir.
Las adicciones, ya sean a sustancias (como el tabaco, alcohol o cannabis) o a comportamientos (como el juego o el uso del teléfono móvil), comparten características comunes como la búsqueda compulsiva de una recompensa y la dificultad para controlar el impulso. Factores sociales, culturales y psicológicos influyen en el desarrollo y mantenimiento de estas adicciones.
La prevención de adicciones es un esfuerzo global que involucra a gobiernos, organizaciones y comunidades. Existen tres niveles de prevención: universal, selectiva e indicada, cada uno dirigido a un grupo específico de la población. Cuando se sospecha de una adicción, es fundamental buscar ayuda profesional.
Si bien la prevención es fundamental, la terapia psicológica es un recurso invaluable para quienes ya han desarrollado una adicción. Los profesionales de la salud mental pueden proporcionar el apoyo necesario para superar la dependencia y mejorar la calidad de vida.
Dada la complejidad de las adicciones, el tratamiento debe ser personalizado y abordar múltiples aspectos de la vida del individuo. Las terapias grupales ofrecen un espacio de apoyo y aprendizaje, mientras que las terapias individuales permiten trabajar en profundidad en los aspectos emocionales y cognitivos relacionados con la adicción.
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